Solo queda afrontar los últimos choques con una actitud adecuada pese al desenlacematemático de un descenso anunciado desde hace ya unos cuantos meses. Ni siquiera sirvió el punto que se trajo de Riazor, porque en esta última jornada, un nuevo conjunto, esta vez el Elche, volvía a llevarse los tres puntos de El Arcángel. El Córdoba lleva tiempo en Primera con un traje de Segunda que le queda plantado.
La historia que dejará en los anales esta vuelta a la élite quedará a fuego por su machacona insistencia. Quedan aún siete estaciones de suplicio. De momento, tres victorias en 31 jornadas, solo una en casa, un balance tan demoledor que es incontestable. Quienes busquen argumentos imposibles para la remontada épica va lo siguiente: haría falta ganarlo todo para una media muy ajustada. Es decir, adiós a Primera salvo milagro de proporciones bíblicas.
En lo deportivo, ese arreón de orgullo tardío y vuelta atrás con Romero (ayer con Ghilas, Cartabia, etc) de poco sirvió y poco duro, apenas diez minutos, el resultado de 0-2 ante un Elche que apareció en el campo con lo justo, propuso lo mínimo de futbol pero aun así se llevó los tres puntos, sentencio a este equipo.
Hace falta muy poco para superar a este grupo mal avenido y endeble, en lo moral y en lo laboral. Diez minutos escasos de ímpetu engañoso que atemperado con dos capotazos tiene el mismo final que una mala lidia. Despedida con bronca al palco y a los oficiantes.
En lo sentimental, en cuanto a las emociones no se puede hacer reproche alguno a estos seguidores, que a pesar de los pesares y de los números y sobre todo del futbol de su equipo y del porcentaje de victorias, aún siguen creyendo en que la permanencia es posible, por eso los jugadores de Romero deben salir a tope los partidos que restan porque esta afición no se merece una falta de respeto como la que se está llevando, al menos que intenten mostrar otra cara, otra versión, aunque luego no se pueda conseguir el gran milagro pero que al menos estos aficionados si salgan contentos de su estado o de ver los partidos de su equipo, porque es lo que se merecen, que los jugadores se dejen todo en el campo.
Julio de las Heras @Julioheras_LTB
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